LA INFANCIA

LA INFANCIA X

La mariola fue muy disfrutada por la chicas

 El salto a la comba, otra especialidad de chicas

Muchas situaciones vividas en la infancia de esta generación y que formaban parte de la vida diaria, hoy serían consideradas como deportes de alto riesgo.

Andar en bici sin casco, no usar el cinturón en el coche, donde por cierto podían viajar tranquilamente hasta 7 personas o más "bien" colocadas, jugar con el mercurio del termómetro, en la playa no se usaba crema solar, como mucho la Nivea de lata azul. 

A pesar de ser la primera generación en la que entraron las computadoras en las casas, fuimos unos niños de calle, entre otras cosas porque la mayoría no nos lo podíamos permitir, pero manejamos con destreza las enciclopedias.

Siempre podía utilizarse como elemento decorativo.

Las viviendas estaban ubicadas por barrios y las familias eran numerosas, lo que llevaba a que a la hora de salir se juntaban unos cuantos niños de edades diferentes para jugar

Nos inventábamos juegos, algunos venían heredados de padres e incluso abuelos, fabricamos nuestras propias armas para jugar a polis y cacos, subíamos a todos los árboles, nos tirábamos piedras, el burro, las canicas, la comba, el hula hop, el disco chino

Esas rodillas, como sufrían.

En casa solo había 2 canales de televisión, los hermanos mayores eran los que te llevaban al colegio, era raro el día que no llegaras a casa con un golpe, moratón y en algunos casos con algún hueso roto, pero todo eso se solucionaba con un poco de mercromina o el producto "estrella" que era la saliva de mamá, que servía para curar o también para asear, quitaba todos los males y listo.

Y para que conste, todos sin excepción hacíamos la primera comunión.

        

Angelito del Señor! ¿en qué se habrá convertido?

                                                                                                               Las madres de estos de aquí abajo, hoy en día acabarían   demandando al claustro de profesores por permitir juegos tan        bárbaros.     

Un pequeño detalle de la época, estaba prohibido quejarse de los coscorrones del profesor, en caso de hacerlo, eras considerado culpable y además podrías acabar recibiendo otra tanda en casa.